Quantcast
Channel: Mi vida con ella » maternidad
Viewing all articles
Browse latest Browse all 10

Por qué no quiero tener más hijos.

$
0
0

Esta mañana me encontré con una amiga que bromeó con la idea de que seguro yo iba a parir antes de irme de India.

Le contesté que no había forma y busqué complicidad explicándole que después de dos años y medio de haber parido, sentía que había logrado rearmar más o menos la torre de ladrillitos que es mi vida luego del tsunami que generó la maternidad. Otro hijo vendría a ser otro tsunami destructor y de nuevo los ladrillos volando por los aires, perdidos, que habría que recuperar y volver a poner en su lugar.

Mi amiga lo tomó con humor y pensó que mi ejemplo era un chiste y que yo estaba exagerando.

 

 

Cuando me embaracé de mi hija escuchaba una y otra vez la misma canción, con Andrea Echeverry diciendo frases tiernas y paseando en bici con un hermoso niño de unos dos años. Veía el video en youtube y soñaba con llevar a mi hija conmigo a pasear en bici y ver documentales juntas. Nunca pensé en los treinta kilos que iba a engordar en el embarazo, que iba a quedar con el cuerpo avejentado ni que mi hija iba a necesitar tanto de mí durante el primer año. No calculé que iba a volverme tan sensible y miedosa, que me convertiría en una versión aburrida de la que fui. Y mucho menos imaginé que un bebé -un hijo- no es cosa de un ratito: se quedan, se quedan para siempre en tu vida.

Entonces es noche y día el centro de atención y uno ya no puede trabajar como antes ni pensar ni leer ni salir con amigos. Luego del primer año la demanda de madre va menguando pero igual, sos todo en la vida de un pequeño ser hiper demandante y que encima querés con locura.

Antes de parir yo no sabía todo esto. Ahora lo sé.

Ahora sé que mi hija habla mucho inglés porque su niñera pasa más tiempo con ella que yo y porque juega más y le tiene más paciencia. Ahora sé que me aburre soberanamente cantar Pocoyó, que no me interesa enseñarle a bailar Shakira y que luego de un ratito de besos y charla me quiero poner a ver una película, una serie o hacer cosas de adultos. Ahora sé que no soy una madre tan dedicada, que soy la madre que puedo ser y punto. Me hago cargo y no me da culpa admitir que nunca le cocino hamburguesas de mijo con forma de Mickey Mouse, siempre le hiervo fideos con queso.  Que si tengo que pasar dos días enteros sola con ella me agarra un malhumor histórico. Soy así. No tengo mucha pasta de madre. Entonces tener otro hijo sería un boicot, una maldad a mí misma y a la pobre criatura.

– No la podés dejar sin un hermanito! es muy feo ser hija única.

Más feo es tener una madre frustrada que tuvo un segundo hijo sin desearlo realmente. Yo sé perfectamente que ahora que recuperé algo de decencia física, tengo un proyecto que me apasiona y volví a ser feliz con mi pareja, otro hijo sería tirar todo lo que construí por la borda y volver a foja cero. Y no, no tengo 19 años y me va la onda autodestructiva. Tengo 32 y me va la onda `aprender de las experiencias pasadas y conócete a ti misma`. Si me pongo a pensar en que se me mueva un ser humano dentro del cuerpo me viene un ataque de pánico. Si me imagino una noche entera en el sillón del living amamantando a mi hijo y dormitando sentada me largo a llorar. O ir al supermercado con vómito en el pelo, esa es otra de mis pesadillas. No, no y no. Más que darle un hermanito me importa ser feliz y soy feliz así, siendo madre de una hija genial que me llena de amor y no me rompe tanto los huevos.

Puede que tenga problemitas, pero para mí pasar el primer año pegada a un bebito es tierno una vez, pero ahora me parecería una perdida de valiosísimo tiempo en el que puedo ver documentales, viajar a ver a mis amigas, estudiar un idioma nuevo o dedicarme a tejer macramé. No quiero más baba, no quiero rezar para que no se despierte a la noche, no quiero lidiar con los celos de la hermana mayor ni con el pediatra una vez por mes. Todo eso hoy me parece demasiado aburrido. Quiero pasarla bien y crecer como mujer, vivir mis treinta sin tantos sobresaltos.

Esto es lo que cuento cuando me preguntan para cuándo el segundo, y a mucha gente le parece una barbaridad. Parece que queda mejor decir que lo más importante es la criatura y no una misma, pero a mí no me interesa quedar bien con nadie que piense así.

Para muestra basta un botón, dice el dicho, y yo, de verdad, soy muy vaga para más.

 

tired-mum-meme


Viewing all articles
Browse latest Browse all 10

Latest Images

Trending Articles





Latest Images